Las cosas que odio de los diarios

A mi me gusta leer el periódico, el fin de semana siempre compro uno y al llegar a otra casa y ver uno cerca, también me da por leerlo. Sin embargo hay un par de cosas que siempre veo en los artículos y me terminan fastidiando:

1. Las revelaciones absurdas sobre sexo y salud.

“Científicos aseguran que tomar una copa de vino diaria previene el pie de atleta”
“Descubren que el chocolate excita sexualmente a las mujeres”
“Un estudio revela que el 70% de los hombres es infiel en la oficina”

Odio las notas acerca de disparates científicos avalados por alguna universidad norteamericana. ¿A quién le puede interesar que la Universidad de Arizona asegure que el pimentón alarga la vida? ¿No tienen nada más importante para estudiar? La gente que lee esas notitas sobre folklore científico es la misma que se saca fotos emocionales en la costa o que le pide autógrafos a los famosos. ¿Ud. no se da cuenta de que al mes otro estudio revela exactamente lo contrario, que el chocolate deprime, engorda y da cáncer? ¿Hasta cuándo van a seguir con ese ciclo?

2. Que pongan gente analógica en la sección de tecnología.

“¿Sus hijos están seguros en Facebook?”
“Cómo elegir una buena Notebook”
“Qué hay que saber a la hora de elegir un proveedor de internet”.

Nunca leí tantas tonteras juntas como los suplementos de tecnología de los diarios. La mitad de lo que escriben ahí es lo mismo que piensa mi mamá sobre Internet o que las alertas de virus con las que se asustan las secretarias de sesenta años. Es increíble que habiendo tanta gente informada y talentosa todavía se empeñen en disfrazar a esos dinosaurios que antes de escribir una nota tienen que buscar en google qué es un megapíxel o cómo funciona el 3G. Sacan informes sobre la novedad de Twitter cuando hace dos años que la gente lo está usando, aconsejan comprar notebooks teniendo en cuenta si incluyen camarita web o antivirus, y hablan del robo de datos personales en Facebook como si fuera algo nuevo, sabiendo que las empresas hace décadas usan el tráfico de datos.

3. Que la página principal de deportes esté atiborrada de noticias insignificantes.

“Aurelio fue terminante: el chupete está gordo”
“Perdió Massú”

Hace unos años, en la tapa del diario salían los clásicos, la copa Libertadores, el Mundial. Pero hoy en día es tal la estupidez de la gente común que no alcanzan las noticias deportivas para tapar la realidad. Con la misma extensión antes se podían leer noticias sobre turismo carretera y el abierto de golf de Estados Unidos. Yo me pregunto: ¿A quién carajo le importa que el chupete esté gordo o que Massú haya perdido por enésima vez? ¿No pasa nada más importante? Massú ganó un sólo oro en la vida y perdió doscientos. ¿Me van a contar cada vez que pierde? ¿No debería ser al revés?

4. Que los temas se pongan de moda y se esfumen como si hubiesen dejado de existir

“Mueren dos niños por desnutrición en Chillán”
“Según el INE, en enero, la inflación fue del 3%”

En una época todo era sobre el riesgo social. Luego, la desnutrición en los sectores más bajos. Después el desempleo. Más tarde los planes de trabajo, los secuestros express. Ahora es la inflación, el INE, la crisis mundial, los despidos masivos y el inefable Twitter y Facebook, que llegan, por fin, para reemplazar las noticias sobre la revolución de los blogs. Robo de datos en Facebook. Ladrones atrapados gracias a Facebook. Mujeres que se enteran de su inminente divorcio vía Twitter. Facebook, Twitter, Facebook. Al parecer, las noticias también son moda. La gente se sigue muriendo de hambre en algunos lugares de Chile, espero que con el tema de terremoto tomen más conciencia.

5. Que siembren pánico y paranoia

“Vuelven los saqueos a Santiago”
“Estados Unidos estaría atravesando la peor crisis de la historia”
“Especialistas afirman que la tercera guerra mundial es inminente”

Así como la misión de la televisión es entretener y la de la medicina salvar vidas, parece que la de algunos diarios es asustar a la gente. Las noticias se titulan con la clara intención de vender y sembrar psicósis entre sus lectores. Hace dos meses, un diario sacó la noticia exclusiva de que habían vuelto los saqueos. “Volvieron los saqueos a Santiago”, decía el periodista. Pero la realidad era que dos tarados se habían robado tres paquetes de galletitas de un supermercado de barrio y la dueña había llamado a la policía. Estoy enfermo de leer que hay saqueos, que en el 2010 el 78% del mundo tendrá cáncer de colon, que un científico asevera que se desatará la guerra mundial número tres dentro de cuarenta minutos. Una idiotez. Quieren jugar a Nostradamus y no pegan una. Ni con el clima aciertan. Termínenla de una vez.

6. Los informes llenos de golpes bajos sobre enfermedades infantiles

“La osteogénesis imperfecta: el drama de los niños con huesos de cristal”
“El drama del hombre Arbol”
“El síndrome de Raymond-Barone: afecta sólo al 0.000001 de los niños pero es fatal”

¿Qué mejor método para asustar a sus lectores, que contarles todas las enfermedades que pueden tener sus futuros hijos con notas llenas de golpes bajos? A ciertos diarios populares les fascina hacer informes especiales sobre enfermedades muy crueles o impresionantes que la gente no conoce. En general, cuentan el caso de una niña (que siempre es norteamericana) que no puede correr, que no respira, que no puede ver el sol o que se quiebra las piernas diez veces por mes, y agregan una foto en silla de ruedas, al lado de sus dos padres, para mostrar que a pesar de todo es feliz. Feliz las pelotas. Dejen de nutrir el morbo de la gente.

7. Las noticias que destacan que hay un chileno en una tragedia, un evento o un premio.

“Un chileno nominado al Oscar”
“La chilena que sedujo a Robbie Williams”

Me da mucha vergüenza ajena que haya gente tan vacía que se alegre cuando alguien que casualmente nació en su país gana un premio, o se entristezca un 50% más si en un accidente hay gente de su provincia. En el primer caso me parece idiota; en el segundo, miserable. Yo entiendo que se preocupan cuando secuestran a alguien en Medio Oriente ¿Pero por qué les preocupa más una persona chilena que una uruguaya o una francesa? Si no conocen ni van a conocer a ninguna de las tres. ¿Qué diferencia hay? ¿Es porque una come cazuela de pollo y la otra baguette con café?

8. Las notas sobre celebridades diciendo que son “gente de barrio” y que “seducen con la mirada”

A ver si nos entendemos. Todos los que dicen esa estupidez tienen la cabeza llena de bodrio. No sé qué es esta nueva moda de hacerse los tipos de barrio, pero no me la compro. Nadie que cobre un millón y medio por hacer una publicidad de shampoo es una persona "de barrio". No pueden hablar de ser gente de barrio cuando tienen dos niñeras, un chofer, un planchado químico en el pelo, y se hacen borrar las arrugas con photoshop para las portadas. La mayoría de las actrices que dicen ser pudorosas o que seducen con la mirada, están en la misma nota en microbikini y en cuatro patas. Es mucho más inteligente decir que se bañan con agua mineral y que llevan al perro al psicoanalista. En serio.

9. La hipocresía de la sección de espectáculos

“Hoy se estrena 24, la serie que hizo famoso a Jack Bauer”
“Conozca las películas nominadas al Oscar”
“Vuelve Alias, con su segunda temporada, por AXN”

Para viajar en el tiempo no hace falta nada más que leer la sección de espectáculos de algunos diarios. La que salió hoy, por ejemplo, es en realidad la de febrero del 2008 en internet. Desde hace unos años que las reseñas de películas y de ficción televisiva llegan con un insoportable atraso de cine pueblo. Los periodistas hablan de las series norteamericanas cuando se estrenan en televisión por cable, a pesar de que saben que todos ya las bajamos de Internet y que ya vimos los que ellos están reseñando hace dos años. Sin embargo, a pesar de que lo saben, siguen negando esa realidad subterránea, a media voz, que se trafica en pendrives y DVDs. Siguen la versión oficial. Si no sale en la revistita del cable, para ellos no existe. Hacen como si las ferias no tuvieran las películas antes de que se estrenen en el cine. Como si todos nosotros no leyéramos blogs sobre descargas de películas y series y supiéramos perfectamente de qué se trata cada episodio. Como si no existiera Rapidshare, como si el Emule fuese un mito, como si el Utorrent fuese un chiste.

10. Las figuritas repetidas

Accidentes de auto, sentencias apocalípticas, un menor de edad que embarazó a alguien, inventó algo o tuvo sexo con una maestra, dos ladrones abatidos en la legua, un accidente de ruta en el que murieron dos personas, la caída del cobre, que el dólar subió un centavo, los números del INE, que perdió Massú, algo sobre Twitter, o un resumen de algún reality. Todos los días las mismas noticias recicladas, con los mismos titulares y el mismo tonito falso de novedad. Siempre la misma fórmula, las mismas primicias, el mismo relleno.

La noticia sería que dejen de repetirse.