Wednesday, March 31, 2010

¿Y que pasaría si...?

Hay días en que me pregunto (A pesar de lo que escribo acá) que pasaría si simplemente me voy del lado de los que les gusta cumplir la ley y seguir las normas, sin cuestionar nada. A veces pienso si no sería mejor dejar de criticar tanto y simplemente, dejarme llevar y fundirme con el sistema, con la idiosincrasia.

Dejaría de leer y pasaría día y noche viendo los programas "más exitosos y divertidos del país" y mi conversación y anécdotas girarían únicamente alrededor de los temas antes descritos, dejando de importarme cualquier cosa compatible con arte, documentales, ciencia y "tonteras" afines.

Me la pasaría canturreando melancólica y depresivamente el último exitazo del cantante romántico de moda, que la pasarían a cada minuto en la radio y la tele. O si no, gritando el último reguetonazo, algo así como "Te quiero dejar la coneja hecha puré, dámelo mami, dámelo ya". Y si tuviera un/a hijo/a pequeño/a me daría por verle bailar. Y me reiría verlo hacer perreo sin que sepa qué es eso, porque no hace más que copiarlo. Porque esa es la música que le gusta al pueblo.

Si no tuviera la tele cerca, compraría la cuarta o las últimas noticias, sólo para ver las minas, la página deportiva, o los flaites que se dispararon a quemaropa. Porque diarios como esos muestran la realidad, la pulenta, la choriza.

Estáría completamente seguro que el único salvador del mundo está en la iglesia.
Porque ellos no chupan, joden, putean ni fiestean. Y eso la gente se lo cree y le gusta.

No pararía de decir que Chile es un país en vías de desarrollo una y otra vez y cada día con más convencimiento. Porque acepto las encuestas y todo el halo de "realidad" que gira en torno al crecimiento de la nación.

Mi voto siempre iría para el hombre que más promete, el que más plata tiene, el que más insulta al candidato contrario, el que más se pone a bailar, el que brinda traguito o un pan con queso a los periodistas y a los pobres cuando hace conferencias. Porque ése es el candidato del pueblo, y le vendo mi alma.

Me quedaría frío cada vez que veo algún zambo apuñalando o asaltando algún transeúnte, porque no es mi problema y porque si lo denuncio a los pacos, soy un sapo y me dan un tiro con la hechiza. Porque me dan miedo y la delincuencia, como aclama siempre el noticiero, nunca da tregua y acecha en cada esquina.

Mi único placer en esta vida, aparte de los de arriba dichos, sería el trago. Chupo y los problemas se esfuman. Chupo y soy más varón. Chupo y tengo personalidad. Chupo, hago chupar a los míos y soy el más bacán del mundo, y le pego a cualquier cabrón que se me cruce.

No me importaría para nada el futuro de mis hijos, chupándome la plata para su educación, o usándola para levantarme una mina en alguna fiesta. Que la llorona de mi mujer les dé. Y si no encuentro comida cuando y como yo deseo, la hago entender a puñetes. Y si le da por embarazarse de nuevo, la mando a la mierda y me busco otra. Porque soy macho.

Nunca tendría sexo con condón. Condón es para los maricones. Con esa huevada no se siente nada. Y a mí nunca me va a dar sífilis, gonorrea o SIDA.

Y por último, todo intento de cambio, renovación o revolución sería para mí un crimen. Mil veces mejor comer arroz con papas todos los días, que filet mignon por saborear.

En otras palabras, sería "FELISSHHH".

Pero no, cresta.

Sigo en este blog elevando mi protesta y mi conocimiento contra esa montaña de
excremento. Es una actividad que no me trae fama y tampoco me salvará la vida, nadie me considerará héroe por hacerlo. Sólo es algo que me gusta y voy a seguir haciéndolo.

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