Monday, April 26, 2010

Percepciones de Vida y Muerte

Decía Freud que el hombre se ve atenazado por dos grandes fuerzas instintivas y opuestas, a las que dio el nombre de Eros y Thanatos. La primera simbolizaba la fuerza de Vida, el deseo, la atracción, la creación. Quien camine en la senda de Eros se encontrará irremediablemente de cara a Thanatos, o el instinto de muerte, de autodestrucción, de repulsión. Y así, navegando entre uno y otro tendría que encontrar el hombre su camino, eternamente a la deriva entre la Vida y la Muerte.

En la sociedad que hemos construido, la Muerte se teme, necesitamos verla de lejos, y de hecho alejamos ya lo que nos recuerda a ella. La enfermedad y la vejez tienen sitios donde estar sin mezclarse con nuestra cotidianeidad, porque nos recuerdan la muerte y lo inevitable de la misma. Pero nos da miedo, no se habla de ella, en occidente los funerales son actos solemnes y tristes donde se entienden la seriedad y el color negro como signos de respeto, no sabemos manejarnos con lo que no es sino una parte más de la vida. Aunque sea la última.

Ramón Sampedro, en su libro "Cartas desde el infierno" (Véase también la película "Mar Adentro" (2004) de Amenábar), asocia repetidamente el temor a la muerte con la necesidad de control, tanto de nosotros mismos directamente como de estamentos sociales como la iglesia. Un hombre a quien se le negó su derecho a morir dignamente según su deseo necesitó entender esa negativa como un acto de autoridad, de imposición del estado, clero y magistrados en el mismo saco, velando por quienes ya no son niños como si continuaran siéndolo. Y el control es mucho más fácil ejercerlo desde el miedo, el tabú, y el silencio.

En uno de esos viajes a cualquier lado que hago sin avisar a nadie visité la casa de un vendedor que me presentó a su familia y en el salón conocí a su anciana abuela, a la vista de cualquier persona común la señora parecía pertenecer más al otro mundo que a éste, pero no era así, la señora era conocida por todos, respetada, querida e integrada en ese ciclo vital familiar como cualquiera. Mi ojo puso atención también a la pequeña de la casa, que tendría tres años, saltando y parloteando al lado de la abuela, en ese momento las 2 formaban un cuadro en que uno podía ver esa aceptación de la muerte, de cercanía a la vida, de vida y muerte de la mano.

Algunas personas tienen un instinto de vida debilitado, las causas pueden ser muchísimas, y el instinto de muerte, su Thanatos particular (Como diría Freud), está fortalecido, crecido, dominante y claro vencedor. Hay sufrimiento mientras hay lucha, y la lucha puede durar meses, años, porque la vida también resiste, también aguanta, porque hay una parte del ser humano que no se resigna a desaparecer. Y la calma sólo llega cuando la victoria cae de uno de los lados.

2 comments:

Anonymous said...

Siempre cuando toco el tema de la muerte en una conversación por alguna extraña recuerdo las palabras de Gladiador, "La muerte siempre nos sonríe, solo nos queda devolverle la sonrisa"

Notable, excelente entrada, saludos

Shaga Doom said...

Buena frase (Gladiador ya se está convirtiendo en clásico), gracias por comentar.